Platicaba un día un padre con su hijo y éste emocionado le decía:
- Padre, ha llegado el momento de decidir qué quiero ser en la
vida; mucho he pensado al respecto, pero es tanto el saber humano que mi
decisión difícil se ha vuelto.
El padre al fin, sabio por experiencia, cuestionó entonces a su
vástago de la siguiente manera:
- ¿Qué tanto has pensado que te hace dudar?
- Mira padre -respondió el hijo-, médico he pensado ser, para
curar cuerpos o mentes y cuando al fin he aceptado, cuenta me doy que mucha
falta hace quien ayude a impartir justicia al débil y desprotegido, entonces
prefiero ser abogado. Luego, siento la necesidad de aprender el secreto del
arte de la construcción; de sacar de la piedra bruta un hogar confortable para
mis semejantes, es cuando decido ser arquitecto o ingeniero; más es tanto el desarrollo
científico que prefiero ser investigador o químico o matemático, o me decido
por la contaduría o administración, por la física, por el campo, por los
animales, por el espacio exterior...
El padre atento, esbozó una sonrisa y dijo con ese tono que tienen
los padres cuando amorosamente pueden aconsejar a sus hijos con la sapiencia
que dan los años vividos:
- Hijo: doctor, abogado, arquitecto, ingeniero, contador,
astrofísico... todo ello puedes ser; y lo lograrás en la profesión que tú no
has mencionado. Para alcanzarlo deberás conocer y saber mucho; tu mente deberá
convertirse en un transporte de la cultura universal; aún así, deberás poner
todo tu empeño en el trabajo a realizar en tu campo de acción.
Serás un moldeador de mentes; tú forjarás al médico, al
astronauta, al campesino, al constructor, al comerciante, al abogado, al
músico; podrás con esta profesión incubar en los corazones de los individuos
los sentimientos de amor, bondad, ilusión, tolerancia, libertad, igualdad y
fraternidad. Pero mucho cuidado hijo mío, en ésta no puedes cometer errores ya
que podrías crear deformidades que se volvieran en contra de sus propios
hermanos, por la generación de una ambición desmedida, tan sólo satisfecha por
la material sensación del poder. Tendrás por seguidores a los llamados
discípulos, ante ellos te presentarás como figura fiel y como imagen del
ejemplo mismo. Te volverás todas y cada una de las profesiones existentes.
Con el tiempo verás tu reflejo en cada una de las figuras que tú
formaste; entonces hijo, con toda tu entrega a esta fascinante y noble
profesión, podrás con la mente en alto, observar el horizonte en donde mirarás
tus obras, sintiendo en ese instante que has cumplido con los pensamientos que
hoy enredan tus ideas y te darás cuenta que con tus palabras y actos has
fertilizado las semillas que sembraste en tierra fértil y que se han
convertido, o lo harán después, en grandes, fuertes y frondosos árboles que
acudirán a darte sombra protectora cuando estés a punto de cumplir con el
mandato de la Madre Tierra que exige a su descendencia regresar a ella.
Sentirás que tu paso por esta vida no ha sido en vano.
Escucha bien hijo mío, si aceptas esta responsabilidad tan grande
sobre tus hombros, decídete por la profesión que llevo con orgullo y que en
estas palabras venero tanto. Conviértete en Maestro, hijo mío, y sabrás
entonces cuánto has ganado.
El hijo comprendió cuál camino debía seguir; y con el corazón
latiendo fuertemente y embargado de gran emoción, se acercó a su padre, Maestro
de muchas generaciones y secó las lágrimas de honor que de sus ojos habían
brotado. Le besó en la frente y decidió al fin en lo que se convertiría: un
Maestro que con su trabajo, rinda reconocimiento a la labor de los grandes
Maestros que hubiera tenido. Maestros que a él, lo hubieron forjado.
1.
¿Qué se nos quiere decir
sobre el maestro y su labor?
2.
¿Qué cualidades,
actitudes, valores debe de tener un buen maestro?
3.
¿en nuestra sociedad
actual, el Maestro es reconocido por su labor en todos los aspectos? Explica tu
respuesta
4.
¿si fueras Maestro, que te
gustaría enseñar a tus alumnos y porque, de qué manera les darías a conocer tus
conocimientos?
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