domingo, 13 de julio de 2014

EL CONJURO


Cuenta una vieja leyenda de los indios SIOUX que una vez llegaron hasta la tienda del viejo brujo de la tribu y tomados de la mano, Toro Bravo, el más valiente y honorable de los jóvenes guerreros, y Nube Azul, la hija del cacique y una de las más hermosas mujeres de la tribu…
- Nos amamos – empezó el joven.
- Y nos vamos a casar – dijo la chica
- Y nos queremos tanto que tenemos miedo que algo nos pueda separar. Queremos un hechizo, un conjuro o talismán, algo que nos garantice que podremos estar siempre juntos… que nos asegure que estaremos uno al lado del otro hasta encontrar la muerte.
- Por favor – repitieron ambos - ¿hay algo que podamos hacer?
El viejo los miró y se emocionó al verlos tan jóvenes, tan enamorados y tan ansiosos esperando su palabra.
- Hay algo – dijo el viejo – pero no sé, es una tarea difícil y sacrificada…
- Nube Azul – dijo el brujo - ¿ves el monte al norte de nuestra aldea? Deberás escalarlo sola sin más armas que una red y tus manos. Deberás cazar  el halcón más hermoso y vigoroso del monte. Si lo atrapas, deberás traerlo aquí con vida el tercer día después de luna llena. ¿Comprendiste?
- Y tú, Toro Bravo – siguió el brujo – deberás escalar la Montaña del Trueno.Cuando llegues a la cima encontrarás la más brava de todas las águilas, y solamente con tus manos y una red, deberás atraparla sin heridas, y traerla ante mí viva, el mismo día en que vendrá Nube Azul.
¡Salgan ahora!
Los jóvenes se abrazaron con ternura y luego partieron a cumplir la misión encomendada: ella hacia el norte y él hacia el sur.
El día establecido, frente a la tienda del brujo, los dos jóvenes esperaban con las bolsas que contenían las aves solicitadas.
El viejo les pidió que con mucho cuidado las sacaran de las bolsas.
Eran verdaderamente hermosos ejemplares.
- Y ahora, ¿Qué haremos? – pregunto el joven – los mataremos y beberemos el honor de su sangre?
- No – dijo el viejo
- ¿Los cocinaremos y comeremos el valor de su carne? -  propuso  la joven.
- No – repitió el viejo – harán lo que les digo: tomen las aves y átenlas  entre sí por las patas con estas tiras de cuero.
Cuando las hayan anudado, suéltenlas y que vuelen libres.
El guerrero y la joven  hicieron lo que se les pedía y soltaron a los pájaros.
El águila y el halcón intentaron levantar el vuelo, pero sólo consiguieron revolcarse por el piso.
Unos minutos después, irritados por la incapacidad, las aves arremetieron a picotazos entre sí hasta lastimarse.
- Este es el conjuro – remarcó el sabio brujo -. Jamás olviden lo que han visto… ustedes son como un águila y un halcón. Sí se atan el uno al otro, aunque lo hagan por amor, no sólo vivirán arrastrándose sino que además, tarde o temprano empezaran a lastimarse el uno al otro…
- El brujo de la tribu les remarco esta sabia enseñanza:
- Este es el conjuro: Si ustedes quieren ser felices para siempre...VUELEN LIBRES Y JAMAS SE ATEN EL UNO AL OTRO.

1. ¿Por qué los personajes quisieron un conjuro?
2. ¿Qué les pide el viejo brujo para realizar el conjuro?
3. Según tu opinión ¿crees que para amar a una persona hay que estar atados o libres? ¿Por qué?
4. ¿Será necesario un conjuro para amar a otra persona? Explica tu respuesta.

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