domingo, 13 de julio de 2014

EL SOLDADO QUE NO REGRESO

Se cuenta una historia acerca de un soldado que por fin regresaba a su casa, después de haber combatido en Vietnam.
Les llama a sus padres desde San Francisco:
- Mamá, papá soy yo Leonel. Voy de regreso a casa, pero quiero pedirles un favor. Tengo un amigo que me gustaría llevar conmigo…
- Seguro – le respondieron – nos encantaría conocerlo.
- Solo que hay algo que deben de saber – continuó el hijo – él ha sido fuertemente herido en combate. Tropezó con una mina en algún lugar y perdió un brazo y una pierna. No tiene a adonde ir, y quiero que vaya a vivir con nosotros.
- Nos duele oír eso, hijo, posiblemente podemos ayudarlo, encontrando donde pueda vivir.
- No, papá, y mamá; quiero que viva con nosotros – insistió el muchacho.
- Hijo – dijo el padre – no sabes lo que estás pidiendo. Alguien con un problema de incapacidad así podrá ser un terrible estorbo para nosotros; tenemos que seguir con nuestras vidas, y no podemos permitir que algo como eso interfiera con ellas. Creo que deberías venir a casa y olvidar a ese joven, ya encontrará una forma de salir adelante con su vida, por sí solo.
En ese momento el hijo colgó el teléfono y los padres no volvieron a oír nada de él. Sin embargo, algunos días después, recibieron una llamada de la policía de san Francisco. Su hijo había muerto al caer de un edificio, según les dijeron. La policía concluyo que había sido suicidio. Los sorprendidos y asustados padres acudieron a la ciudad de San Francisco y fueron conducidos a la morgue para identificar el cadáver de su hijo. Efectivamente, lo reconocieron, pero para su horror, descubrieron algo que no sabían. Su hijo sólo tenía un brazo y una pierna…

Algunos papas como el de esta historia son como mucho de nosotros, que nos es fácil amar a aquellos bien parecidos o que nos son agradables y sin problemas, pero no aceptamos a la gente que nos pueda crear cualquier inconveniente o hacernos sentir incómodos de alguna forma. Nos alejamos de la gente que no esta “sana”, “bonita”, “bien parecida” porque supuestamente así somos nosotros.

1. ¿Quién y de donde regresaba a casa?
2. ¿Por qué los padres del joven no quisieron recibir al amigo que venía con su hijo?
3. ¿Estás de acuerdo en la decisión que el hijo tomo? ¿Por qué?
4. ¿Por qué muchas veces solo buscamos o escogemos como amigos personas que no tienen ningún defecto físico o psicológico?

No hay comentarios:

Publicar un comentario