domingo, 13 de julio de 2014

MI AMADO BAMBÚ

Había una vez un maravilloso jardín, situado en el centro de un gran campo. El dueño acostumbraba pasearse por el jardín a medio día. Un bambú esbelto era parte de él, el más bello y el más estimado de todos los árboles y plantas de su jardín. Ésta bambú crecía y se hacía cada vez más lindo. Él sabía que el Señor lo amaba y que era su alegría.
Un día el dueño pensativo se aproximó a su bambú, con un sentimiento de profunda veneración, el bambú, inclinó su cabeza imponente.
El Señor le dijo - Querido bambú te necesito! - el bambú estaba feliz, parecía haber llegado la gran hora de su vida y el respondió bajito
- Señor, yo estoy pronto, haz de mí el uso que quieras...
- BAMBÚ... la voz del Señor era grave. - BAMBÚ, solo podré usarte cuando te pode
- Podarme a mí Señor?, por favor no me hagas eso, respeta mi hermosa figura. Tú ves como todos me admiran...
- MI AMADO BAMBÚ... la voz del Señor se hizo cada vez más grave, - no importa que te admiren o no, si no te podo NO PUEDO USARTE...
En el jardín todo permaneció en silencio, el viento paró su respiración, finalmente el lindo bambú se inclinó y susurró - Señor, si no me puedes usar sin podarme, entonces... HAZ DE MÍ LO QUE QUIERAS
-Querido bambú, debo cortar también tus hojas.
Señor, si me amas presérvame de ese mal! Puedes arruinar mi belleza, mas por favor, deja las hojas.
El sol se escondió detrás de nubes. Unas mariposas se alejaron asustadas. El bambú trémulo a media voz dijo! Señor, córtalas...
- Eso no es todo mi querido bambú, debo cortarte por la mitad y quitarte el corazón. Si no hago esto no puedo usarte...
- Por favor Señor... dijo el bambú - no podré vivir... ¿Cómo vivir sin el corazón? Debo quitarte el corazón, caso contrario, no podré usarte...
Entonces el bambú se inclinó hasta el suelo y dijo...
- SEÑOR CORTA, DIVIDE Y REPARTE...
El Señor deshojó, cortó sus ramas, lo partió en dos partes, le quitó el corazón. Después lo llevó al medio del campo reseco, a una fuente que mana agua fresca. Allí, el Señor acostó cuidadosamente a su querido bambú en el suelo. Aproximó una de las extremidades del tronco cortado en la fuente y la otra la llevó al campo.
La fuente dio la BIENVENIDA, las aguas cristalinas se precipitaron alegres por el cuerpo despedazado del bambú, corrieron sobre el campo reseco que por ellas tanto habían suplicado. Allí plantó el trigo... la sementera brotó, creció y... vio el tiempo la cosecha.
Así, el tan maravilloso bambú de otros tiempos, en su aniquilamiento y la humedad, se transformó en una gran bendición. Cuando él era grande y bonito, crecía solamente para sí y se alegraba con su propia belleza. En su aniquilamiento se convirtió en canal, del cual el Señor se sirvió para tomar fecundas sus tierras. Y muchos y muchos hombres vivían de éste tronco de bambú.

1. ¿Cuál es para ti la idea principal del texto y por qué?
2. ¿Si tú fueras el Bambú cual sería tu reacción al saber  que tu dueño tendrá que córtate?
3. ¿Por qué era necesario podar al Bambú?
4. ¿Qué cosas tuyas tienes que podar de ti para que todos puedan admirarte más?   

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