domingo, 13 de julio de 2014

LA DIFÍCIL DECISIÓN DE SER MAESTRO

Platicaba un día un padre con su hijo y éste emocionado le decía:
- Padre, ha llegado el momento de decidir qué quiero ser en la vida; mucho he pensado al respecto, pero es tanto el saber humano que mi decisión difícil se ha vuelto.
El padre al fin, sabio por experiencia, cuestionó entonces a su vástago de la siguiente manera:
- ¿Qué tanto has pensado que te hace dudar?
- Mira padre -respondió el hijo-, médico he pensado ser, para curar cuerpos o mentes y cuando al fin he aceptado, cuenta me doy que mucha falta hace quien ayude a impartir justicia al débil y desprotegido, entonces prefiero ser abogado. Luego, siento la necesidad de aprender el secreto del arte de la construcción; de sacar de la piedra bruta un hogar confortable para mis semejantes, es cuando decido ser arquitecto o ingeniero; más es tanto el desarrollo científico que prefiero ser investigador o químico o matemático, o me decido por la contaduría o administración, por la física, por el campo, por los animales, por el espacio exterior...
El padre atento, esbozó una sonrisa y dijo con ese tono que tienen los padres cuando amorosamente pueden aconsejar a sus hijos con la sapiencia que dan los años vividos:
- Hijo: doctor, abogado, arquitecto, ingeniero, contador, astrofísico... todo ello puedes ser; y lo lograrás en la profesión que tú no has mencionado. Para alcanzarlo deberás conocer y saber mucho; tu mente deberá convertirse en un transporte de la cultura universal; aún así, deberás poner todo tu empeño en el trabajo a realizar en tu campo de acción.
Serás un moldeador de mentes; tú forjarás al médico, al astronauta, al campesino, al constructor, al comerciante, al abogado, al músico; podrás con esta profesión incubar en los corazones de los individuos los sentimientos de amor, bondad, ilusión, tolerancia, libertad, igualdad y fraternidad. Pero mucho cuidado hijo mío, en ésta no puedes cometer errores ya que podrías crear deformidades que se volvieran en contra de sus propios hermanos, por la generación de una ambición desmedida, tan sólo satisfecha por la material sensación del poder. Tendrás por seguidores a los llamados discípulos, ante ellos te presentarás como figura fiel y como imagen del ejemplo mismo. Te volverás todas y cada una de las profesiones existentes.
Con el tiempo verás tu reflejo en cada una de las figuras que tú formaste; entonces hijo, con toda tu entrega a esta fascinante y noble profesión, podrás con la mente en alto, observar el horizonte en donde mirarás tus obras, sintiendo en ese instante que has cumplido con los pensamientos que hoy enredan tus ideas y te darás cuenta que con tus palabras y actos has fertilizado las semillas que sembraste en tierra fértil y que se han convertido, o lo harán después, en grandes, fuertes y frondosos árboles que acudirán a darte sombra protectora cuando estés a punto de cumplir con el mandato de la Madre Tierra que exige a su descendencia regresar a ella.
Sentirás que tu paso por esta vida no ha sido en vano.
Escucha bien hijo mío, si aceptas esta responsabilidad tan grande sobre tus hombros, decídete por la profesión que llevo con orgullo y que en estas palabras venero tanto. Conviértete en Maestro, hijo mío, y sabrás entonces cuánto has ganado.
El hijo comprendió cuál camino debía seguir; y con el corazón latiendo fuertemente y embargado de gran emoción, se acercó a su padre, Maestro de muchas generaciones y secó las lágrimas de honor que de sus ojos habían brotado. Le besó en la frente y decidió al fin en lo que se convertiría: un Maestro que con su trabajo, rinda reconocimiento a la labor de los grandes Maestros que hubiera tenido. Maestros que a él, lo hubieron forjado.

1.       ¿Qué se nos quiere decir sobre el maestro y su labor?
2.       ¿Qué cualidades, actitudes, valores debe de tener un buen maestro?
3.       ¿en nuestra sociedad actual, el Maestro es reconocido por su labor en todos los aspectos? Explica tu respuesta

4.    ¿si fueras Maestro, que te gustaría enseñar a tus alumnos y porque, de qué manera les darías a conocer tus conocimientos?

El Anillo del Rey

        
Hubo una vez un rey que dijo a los sabios de la corte: - Me estoy fabricando un precioso anillo. He conseguido uno de los mejores diamantes posibles. Quiero guardar oculto dentro del anillo algún mensaje que pueda ayudarme en momentos de desesperación total, y que ayude a mis herederos, y a los herederos de mis herederos, para siempre. Tiene que ser un mensaje pequeño, de manera que quepa debajo del diamante del anillo.
Todos quienes escucharon eran sabios, grandes eruditos; podrían haber escrito grandes tratados, pero darle un mensaje de no más de dos o tres palabras que le pudieran ayudar en momentos de desesperación total... Pensaron, buscaron en sus libros, pero no podían encontrar nada.
El rey tenía un anciano sirviente que también había sido sirviente de su padre.
La madre del rey murió pronto y este sirviente cuidó de él, por tanto, lo trataba como si fuera de la familia. El rey sentía un inmenso respeto por el anciano, de modo que también lo consultó. Y éste le dijo:
- No soy un sabio, ni un erudito, ni un académico, pero conozco el mensaje.
Durante mi larga vida en palacio, me he encontrado con todo tipo de gente, y en una ocasión me encontré con un Sacerdote. Era invitado de tu padre y yo estuve a su servicio.
Cuando se iba, como gesto de agradecimiento, me dio este mensaje, el anciano lo escribió en un diminuto papel, lo dobló y se lo dio al rey. Pero no lo leas le dijo, mantenlo escondido en el anillo.
Ábrelo sólo cuando todo lo demás haya fracasado, cuando no encuentres salida a la situación.- Ese momento no tardó en llegar. El país fue invadido y el rey perdió el reino. Estaba huyendo en su caballo para salvar la vida y sus enemigos lo perseguían.
Estaba solo y los perseguidores eran numerosos. Llegó a un lugar donde el camino se acababa, no había salida: enfrente había un precipicio y un profundo valle; caer por él sería el fin. Y no podía volver porque el enemigo le cerraba el camino. Ya podía escuchar el trotar de los caballos. No podía seguir hacia delante y no había ningún otro camino...
De repente, se acordó del anillo. Lo abrió, sacó el papel y allí encontró un pequeño mensaje tremendamente valioso:
Simplemente decía "ESTO TAMBIÉN PASARÁ".
Mientras leía "esto también pasará" sintió que se cernía sobre él un gran silencio. Los enemigos que le perseguían debían haberse perdido en el bosque, o debían haberse equivocado de camino, pero lo cierto es que poco a poco dejó de escuchar el trote de los caballos. El rey se sentía profundamente agradecido al sirviente y al místico desconocido. Aquellas palabras habían resultado milagrosas.
Dobló el papel, volvió a ponerlo en el anillo, reunió a sus ejércitos y reconquistó el reino. Y el día que entraba de nuevo victorioso en la capital hubo una gran celebración con música, bailes... y él se sentía muy orgulloso de sí mismo.
El anciano estaba a su lado en el carro y le dijo:
- Este momento también es adecuado: vuelve a mirar el mensaje.
-¿Qué quieres decir? preguntó el rey. Ahora estoy victorioso, la gente celebra mi vuelta, no estoy desesperado, no me encuentro en una situación sin salida.
- Escucha, dijo el anciano: este mensaje no es sólo para situaciones desesperadas; también es para situaciones placenteras.
No es sólo para cuando estás derrotado; también es para cuando te sientes victorioso.
No es sólo para cuando eres el último; también es para cuando eres el primero.
El rey abrió el anillo y leyó el mensaje: "Esto también pasará", y nuevamente sintió la misma paz, el mismo silencio, en medio de la muchedumbre que celebraba y bailaba, pero el orgullo, el ego, había desaparecido. El rey pudo terminar de comprender el mensaje. Se había iluminado. Entonces el anciano le dijo: RECUERDA QUE TODO PASA. Ninguna cosa, ni ninguna emoción son permanentes. Como el día y la noche, hay momentos de alegría y momentos de tristeza. Acéptalos como parte de la dualidad de la naturaleza porque son la naturaleza misma de las cosas.

  1. ¿Con qué propósito el anciano le dio el mensaje, funciono, como?
  2. ¿Qué hubiera pasado con el rey si no hubiera leído el mensaje nuevamente cuando regresaba victoriosa a su castillo?
  3. ¿Qué significado le das tu a las palabras “esto también pasara”, en que momentos lo aplicas 
  4. ¿Qué pasa con las personas si después de triunfar en la vida o sobresalir en una dificultad, se dejan llevar por el ego, el orgullo, la soberbia, etc. Y no tienen quien les oriente de nuevo? ¿Qué les dirías tu?

EL JOVEN REY ARTURO


 El joven rey Arturo fue sorprendido y apresado por el monarca del reino vecino mientras cazaba en sus bosques. El rey pudo haberlo matado en el acto, pues tal era el castigo para quienes violaban las leyes de la propiedad, pero se conmovió ante la juventud y la simpatía de Arturo y le ofreció la libertad, siempre y cuando en el plazo de un año hallara la respuesta a una pregunta difícil.
La pregunta era: “¿Qué quiere realmente la mujer? Semejante pregunta dejaría perplejo hasta al hombre más sabio y al joven Arturo le pareció imposible contestarla.
Con todo aquello era mejor que morir ahorcado, de modo que regresó a su reino y empezó a interrogar a la gente. A la princesa, a la reina, a las prostitutas, a los monjes, a los sabios y al bufón de la corte…, en suma a todos pero nadie le pudo dar una respuesta convincente. Eso sí, todos le aconsejaron que consultara a la vieja bruja, pues sólo ella sabría darle la respuesta.
El precio seria alto, ya que la vieja bruja era famosa en todo el reino por el precio exorbitante que cobraba por sus servicios.
Llegó el último día del año convenido y Arturo no tuvo más remedio que consultar a la hechicera. Ella accedió a darle una respuesta satisfactoria a cambio de que primero aceptara el precio: ¡Ella quería casarse con Gawain, el caballero más noble de la Mesa Redonda y el más íntimo amigo de Arturo!
El joven Arturo le miró horrorizado: era jorobada y feísima, despedía un hedor que daba náuseas, hacia ruidos obscenos…nunca se había topado con una curita tan repugnante. Se acobardo ante la perspectiva de pedirle a su amigo de toda la vida que asumiera por él esa carga terrible. No obstante, al enterarse del pacto propuesto,  su amigo afirmó que no era un sacrificio a cambio de la vida de su compañero y la preservación de los caballeros de la Mesa Redonda.
Se anunció la boda y la vieja bruja, con la sabiduría infernal dijo: Lo que quiere realmente una mujer es ¡ser la soberana de su propia vida!
Todos supieron al instante que la hechicera había dicho una gran verdad y que el joven Rey Arturo estaría a salvo. Asi fue: al oír la respuesta, el monarca vecino le devolvió la libertad.
Pero menuda boda fue aquella… asistió la corte en pleno y nadie se sintió más desgarrado entre el alivio y la angustia, que el propio Arturo.
Gawain se mostró cortés, gentil y respetuoso. La vieja bruja hizo gala de sus peores modales, engulló la comida directamente del plato sin usar los cubiertos, emitió ruidos y olores espantosos. Llegó la noche de bodas:
Cuando Gawain, ya preparado para ir al lecho nupcial aguardaba a que su esposa se reuniera con él… ella apareció con el aspecto de la doncella Más hermosa que un hombre desearía ver… Gawain quedo estupefacto y le preguntó qué había sucedido. La joven respondió que como había sido cortés con ella, la mitad del tiempo se presentaría con su aspecto horrible y la otra mitad con su aspecto atractivo. ¿Cuál preferiría para el día y cual para la noche?
¡Qué pregunta cruel…! Él se apresuro a hacer sus cálculos… ¿quería tener durante el día a una joven adorable para exhibirla ante sus amigos y por las noches en la privacidad de su alcoba a una bruja espantosa? O ¿preferiría tener de día a una bruja y a una joven hermosa en los momentos íntimos de su vida conyugal?
El noble replicó que la dejaría elegir por sí misma. Al oír esto, ella le anunció que sería una hermosa dama de día y de noche, porque él la había respetado y permitido ser dueña de su vida.

1.              ¿Qué hubiera sucedido con el Rey Arturo si no daba la respuesta correcta al Monarca y si su amigo no hubiera aceptado el trato con la bruja?
2.              ¿Qué se nos quiere decir en la expresión ¡ser la soberana de su propia vida!. ¿Tú lo eres, de qué manera?
3.              ¿Por qué las personas nos dejamos llevar por las apariencias externas y no le damos a las personas la oportunidad de ser ellas mismas? Explica tu respuesta.

4.              ¿si tu estuvieras en el caso del Rey Arturo y no tienes otra opción que pedir a tu amiga/o que se sacrifique por ti, lo harías, por que?

Y TU QUE SIEMBRAS


En un pueblo rodeado de montañas, habitaba un hombre de apariencia muy rara, la gente del pueblo le llamaba así: “EL LOCO”. ¿Y por qué le llamaban así? Porque hacía cosas disparatadas, cosas raras, cosas diferentes a las que hacen la mayoría de las personas, al menos en el modo de entender de la gente de ese pueblo.
La gente al verlo pasar se reía y se burlaba de él, humildemente vestido, sin posesiones, sin una cosa que dijera de su propiedad, sin una esposa ni hijos: “un desdichado, un infeliz”, pensaba la gente, alguien que no beneficiaba a la sociedad: “un inútil, un retrasado” comentaban otros.
Es más aquí este viejo ocupaba su vida sembrando árboles en todas partes donde pudiera, sembraba semillas de las cuales nunca vería ni las flores ni el fruto de dichos árboles, y nadie le pagaba por ello y nadie se lo agradecía, nadie lo alentaba; por el contrario, era objeto de burla ante los demás,
¿y así pasaba su vida, poniendo semillas, plantando arbolitos ante la burla irónica de los demás. y he aquí ese hombre era un gran Ser de Luz, que poniendo la muestra de cómo se debe hacer las cosas, sembrando, siempre sembrando sin esperar a ver el fruto, sin esperar a saborearlo.
Y sucedió que un día cabalgaba por esos rumbos el Sultán de aquellos lugares, rodeado de su escolta, para observar a través de sus propios ojos lo que sucedía verdaderamente en su reino, para no escucharlo a través de la boca de sus ministros y así no ser manipulado.
Al pasar por este lugar y encontrarse con este enigmático personaje, “EL LOCO”, le preguntó:
¿Qué haces, buen hombre?
Y el viejo respondió:
Sembrando Señor, sembrando.
Nuevamente dijo el Sultán
Pero, ¿Cómo es que siembras? Estas viejo y cansado, y seguramente no verás ni siquiera el árbol cuando crezca. ¿Para qué siembras entonces?
A lo que el viejo contestó:
Señor, otros sembraron y he comido, es tiempo de que yo siembre para que otros coman.
El sultán quedó admirado de la sabiduría de aquel hombre al que lo llamaba LOCO, y nuevamente le preguntó:
Pero no veréis los frutos, y aún sabiendo eso continúas sembrando… por ello te regalaré unas monedas de oro por esa gran lección que me has dado. El sultán llamó a uno de sus escoltas para que trajese una pequeña bolsa con monedas de oro y las entregó al sembrador.
El sembrador respondió: Ves. Señor, cómo ya mi semilla ha dado fruto, aún no la acabo de sembrar y ya está dando frutos y aún más, si alguna persona se volviera loco como yo y se dedicara solamente a sembrar sin esperar los frutos sería el más maravilloso de todos los frutos que yo hubiera obtenido, porque siempre esperamos algo a cambio de lo que hacemos, porque siempre queremos que se nos devuelva igual de lo que hacemos. Esto, desde luego, sólo cuando consideramos que hacemos bien y olvidándose de lo malo que hacemos
El sultán lo miró asombrado y le dijo:
¡Cuanta sabiduría y cuánto amor hay en ti! Ojalá hubieran más como tú en este mundo, con unos cuantos que hubiese, el mundo sería otro: más nuestros ojos tapados con unos velos propios de nuestro Ego, de nuestros condicionamientos, propios de la humanidad, nos impiden ver la grandeza de seres como tú…
Ahora me retiraré porque, si sigo conversando contigo terminaré por darte todos mis tesoros, aunque sé que los emplearás bien, tal vez mejor que yo.
Que Ala te bendiga
Y terminando esto, partió el sultán junto con su séquito, y  el LOCO siguió sembrando y nos se supo de su fin, no se supo si terminó muerto y olvidado por ahí en algún cerro, pero él había cumplido su labor, realizó la misión, la misión de un LOCO,
He aquí que se requieren muchos locos en este mundo, seres que repartan la Luz, que irradien la luz interna, que sean guías en este mundo material y a la vez tan hambrientos y sedientos de la enseñanza espiritual para poder llenar este vacío interno.

1.     ¿Quién es el LOCO de la lectura? ¿a quién crees que represente hoy en la actualidad?
2.     ¿Sera cierto que nos dejamos llevar por las apariencias y no por lo que cada persona es en realidad? ¿Por qué la sociedad tiene que vivir de las apariencias, del que dirán?
3.     ¿Cuál es tu opinión respecto a la actitud del Sultán?
4.     ¿Qué final le das al LOCO? ¿Qué sembrarías tú para cambiar al mundo?

LA MAESTRA


 El primer día de clase, la señorita Ángela, maestra del último curso de Infantil, les dijo a todos sus alumnos que a todos quería por igual. Pero eso no era del todo cierto, ya que en la primera fila se encontraba, hundido en su pupitre, Juan García, a quien la profesora Ángela conocía desde el año anterior y había observado que era un niño que no jugaba bien con los otros niños, que sus ropas estaban desaliñadas y que necesitaba constantemente de un buen aseado. Con el paso del tiempo, la relación entre la profesora y Juan se volvió desagradable, hasta el punto que ésta comenzó a sentir una preocupante antipatía por este alumno. Un día, la dirección de la escuela le pidió a la señorita Ángela revisar los expedientes anteriores de cada niño de su clase para así comprobar su evolución. Ella puso el expediente de Juan el último, dudando incluso de leerlo. Sin embargo, cuando llegó a su archivo se llevó una gran sorpresa. La maestra de segundo año escribía: Juan es un niño brillante con una sonrisa espontánea y sincera. Realiza sus desempeños con esmero y tiene buenos modales; es un deleite tenerlo cerca. Su maestra de tercer año escribió: Juan es un excelente alumno, apreciado y querido por sus compañeros, pero tiene problemas en casa debido a la tensa relación de pareja que mantienen sus padres. La maestra de cuarto año escribió: los constantes problemas en casa de Juan han provocado la separación de sus padres; su madre se ha refugiado en la bebida, y su padre apenas va a visitarle. Estas circunstancias están provocando un serio deterioro en su desempeño escolar, ya que no asiste a clase con la asiduidad y puntualidad característica, y cuando lo hace, provoca altercados con sus compañeros o se duerme.
En ese momento, la señorita Ángela se dio cuenta del problema, y se sintió culpable y apenada, sentimiento que creció cuando al llegar las fechas navideñas, todos los alumnos le llevaron los regalos envueltos en papeles brillantes y preciosos lazos, menos Juan, quién envolvió torpemente el suyo en papel de periódico. Algunos niños comenzaron a reír cuando ella encontró dentro de esos papeles arrugados, un brazalete de piedras al que le faltaban algunas cuentas, y un frasco de perfume a medio terminar. La señorita intentó minimizar las burlas que estaba sufriendo Juan, alabando la belleza del brazalete, y echándose un poco de perfume en el cuello y las muñecas.
Juan García se quedó ese día después de clase solo para decir: señorita Ángela, hoy oliste como cuando yo era feliz. Después de que todos los niños se fueran, Ángela estuvo llorando durante una larga hora. Desde ese mismo día, renunció a enseñar solo lectura, escritura y aritmética, y comenzó a introducir la enseñanza de valores, sentimientos y principios a los niños. A medida que pasaba el tiempo, Ángela empezó a tomar un especial cariño a Juan, y cuanto más trabajaba con él desde el afecto y la comprensión, más despertaba a la vida la mente de aquél chavalín desaliñado. Cuanto más lo motivaba, más rápido aprendía, cuanto más lo quería, más comprendía. Y así, de este modo, al final del año, Juan se había convertido en uno de los niños más espabilados de la clase.
Un año después, la señorita Ángela encontró una nota de Juan debajo de la puerta de su clase contándole, que ella era la mejor maestra que había tenido en su vida.
Pasaron 7 años antes de que recibiera otra nota de Juan. Esta vez le contaba que había terminado primaria y que había obtenido una de las calificaciones más altas de su clase, y que todavía ella era la mejor maestra que había tenido.
Pasaron 7 años, y recibió otra carta. Esta vez explicándole que no importando lo difícil que se habían puesto las cosas en ocasiones, y los esfuerzos que habían tenido que realizar para sacar adelante los estudios, había permanecido en la escuela y pronto se matricularía en la Universidad, asegurándole a la señorita Ángela, que ella seguía siendo la mejor maestra que había tenido en su vida.
7 años más tarde recibió una carta más. En esta ocasión le explicaba que después de haber recibido su título universitario, decidió ir un poco más lejos, seguir estudiando y aprendiendo cosas nuevas. En la firma de su carta, llamaba la atención la longitud de su nombre: Dr. Juan García Corrales. En la posdata, aparecían las siguientes palabras: sigues siendo la mejor maestra que he tenido en mi vida...
Gracias señorita Ángela por creer en mí. Muchas gracias por hacerme sentir importante y por enseñarme que yo podía marcar la diferencia. La señorita Ángela con lágrimas en los ojos, le contestó: Juan, estás equivocado. Tú fuiste quien me enseñó que yo podría marcar esa diferencia. No sabía cómo enseñar hasta que te conocí.

         1.         ¿Qué paso al principio entre la Señorita Ángela y su alumno Juan García? ¿Por qué actuaba así?
         2.        ¿Por qué la mala relación de los padres influye en las actitudes, decisiones de sus hijos? ¿Qué deberían hacer?
3.        ¿Por qué Juan García Corrales, le dio ese presente a su maestra? ¿Qué sucedió después de esa fecha entre ellos?

4.        ¿Qué valores puedes rescatar de la lectura? Ejemplifícalos

LA MENTIRA DESCUBIERTA


Yo tenía 16 años y estaba viviendo con mis padres en el instituto que mi abuelo había fundado a 18 millas en las afueras de la ciudad de Durban, en Sudáfrica, en medio de plantaciones de azúcar.
Estábamos bien adentro del país y no teníamos vecinos, así que a mis dos hermanas y a mí siempre nos entusiasmaba el poder ir a la ciudad a visitar amigos o ir al cine.
Un día mi padre me pido que le llevara a la ciudad para atender una conferencia que duraba el día entero y yo salté a la oportunidad.
Como iba a la ciudad mi madre me dio una lista de cosas del supermercado que necesitaba y como iba a pasar todo el día en la ciudad, mi padre me pidió que me hiciera cargo de algunas cosas pendientes como llevar el auto al taller.
Cuando despedí a mi padre él me dijo: Nos vemos aquí a las 5 p.m. y volvemos a la casa juntos.
Después de muy rápidamente completar todos los encargos, me fui hasta el cine más cercano. Me enfoqué tanto con la película, una película doble de John Wayne que me olvidé del tiempo. Eran las 5:30 p. m. cuando me acordé.
Corrí al taller, conseguí el auto y me apuré hasta donde mi padre me estaba esperando. Eran casi las 6 p. m.
El me preguntó con ansiedad: ¿Por qué llegas tarde? Me sentía mal por eso y no le podía decir que estaba viendo una película de John Wayne entonces le dije que el auto no estaba listo y tuve que esperar...esto lo dije sin saber que mi padre ya había llamado al taller.
Cuando se dio cuenta que había mentido, me dijo: Algo no anda bien, en la manera que te he criado ¿Qué no te ha dado la confianza de decirme la verdad?
Voy a reflexionar que es lo que hice mal contigo. Voy a caminar las 18 millas a la casa y pensar sobre esto.
Así que vestido con su traje y sus zapatos elegantes, empezó a caminar hasta la casa por caminos que ni estaban cementados ni iluminados. No lo podía dejar solo...así que yo manejé 5 horas y media detrás de él...viendo a mi padre sufrir la agonía de una mentira estúpida que yo había dicho.
Decidí desde ahí que nunca más iba a mentir.
Muchas veces me acuerdo de este episodio y pienso... Si me hubiese castigado de la manera que nosotros castigamos a nuestros hijos... ¿hubiese aprendido la lección?... No lo creo...
Hubiese sufrido el castigo y hubiese seguido haciendo lo mismo...
Pero esta acción de no violencia fue tan fuerte que la tengo impresa en la memoria como si fuera ayer...
Esto es el poder de la vida sin violencia.

1.      ¿Qué significado tiene la verdad para el padre del muchacho? ¿Por qué el hijo le mintió?
2.      ¿Cómo actúan las personas (mamá, papá, hermanos, amigos y tu) hoy en día frente a una mentira?
3.     ¿Qué significa decir la verdad para ti?, ¿siempre dices la verdad?

4.      ¿Cuál es tu opinión respecto a la actitud del padre frente a su hijo? ¿estas de acuerdo con el castigo?

LA CASCARA DE HUEVO


"¡Te odio, Alicia!", le gritó Tom. "¡Más nunca vuelvas a entrar a mi cuarto! ¡Eres una ladrona!"
"¡Eh, que dices!", llamó el abuelo, que venía por el pasillo. "¿De qué se trata toda esta gritería?"
"Tom dice que yo le robé sus tijeras, pero yo no lo hice", gritó Alicia desde su habitación. "¡Él es un mentiroso y también es mejor que no vaya a entrar en mi habitación!", terminó de decir Alicia y cerró la puerta de un tirón.
Con un suspiro, el abuelo revisó la estancia. No pasó mucho tiempo antes de que él descubriera las tijeras de Tom sobre la mesa del pasillo. Ambos niños, muy enojados, insistieron en que el otro las había dejado allí. "¡Silencio!", ordenó el abuelo. Les hizo señas de que les siguieran y se dirigió hacia la cocina, donde puso un huevo y una taza vacía sobre la mesa.
"¡Alicia, rompe este huevo y échalo en la taza!", le dijo el abuelo.
Los niños se preguntaban dónde se dirigía el abuelo con todo esto, pero Alicia obedeció. "¡Ahora, tú, pon el huevo de regreso dentro de la cáscara. Por favor, en la misma forma en que estaba antes!", le dijo el abuelo a Tom. Tom frunció el ceño.
"¿Qué quieres decir?", le preguntó. "Esto es imposible abuelo. Tú no puedes arreglar un huevo roto".
"¿Igual que Humpty Dumpty, no?", dijo el abuelo con una risita. Entonces se puso serio. "El punto es que hay otra cosa como Humpty Dumpty, algo que NO puede ser arreglado fácilmente. Estoy pensando en los sentimientos. Niños, ustedes se dijeron cosas feas entre sí. Recoger las palabras es algo tan imposible como componer un huevo".
Ambos niños se sintieron mal. "Nunca se les olvide lo dañinas que pueden ser las palabras", les advirtió el abuelo. "Dios dice que la lengua es como un fuego que no puede ser apagado. Así es el gran daño que pueden hacer las palabras.
Aun cuando dices que lo sientes, esto no hace que se desaparezcan".
"Lo siento", Tom le dijo a su hermana. "Sí, ... bueno,... yo también", contestó Alicia. "Puedes entrar en mi habitación, si lo deseas".
¿Qué tal Tú? ¿Tienes cuidado de las palabras que dices, o dices las cosas antes de pensarlas? Aun cuando te disculpas, la otra persona puede que aún recuerde esas palabras que dijiste.

1.                  ¿Qué sucedió para que los hermanos discutieran? ¿discutes tu con los tuyos? ¿Por qué?
2.                  ¿Qué demostró el abuela a sus nietos?
3.                  ¿crees que las palabras causan mas dolor que un golpe? ¿si  - no porque?
4.                  ¿Qué es lo que debes hacer tu para no ofender, insultar, hacer daño a los demás con tus palabras?


¿QUÉ REALMENTE ES EL MATRIMONIO?


 Un famoso maestro se encontró frente a un grupo de jóvenes que estaban en contra del matrimonio.
Los muchachos argumentaban que el romanticismo constituye el verdadero sustento de las parejas y que es preferible acabar con la relación cuando este se apaga en lugar de entrar a la hueca monotonía del matrimonio.
El maestro les dijo que respetaba su opinión, pero les relato lo siguiente:
"Mis padres vivieron 55 años casados. Una mañana mi mamá bajaba las escaleras para prepararle a papá el desayuno y sufrió un infarto. Cayó.
Mi padre la alcanzo, la levanto como pudo y casi a rastras la subió a la camioneta.
A toda velocidad, rebasando, sin respetar los altos, condujo hasta el hospital. Cuando llego, por desgracia, ya había fallecido.
Durante el sepelio, mi padre no hablo, su mirada estaba perdida. Casi no lloró. Esa noche sus hijos nos reunimos con él. En un ambiente de dolor y nostalgia recordamos hermosas anécdotas. Él pidió a mi hermano teólogo que le dijera, donde estaría mamá en ese momento.
Mi hermano comenzó a hablar de la vida después de la muerte, conjeturó cómo y dónde estaría ella.
Mi padre escuchaba con gran atención. De pronto pidió "llévenme al cementerio"
¡Papá! Respondimos “¡son las 11 de la noche! ¡No podencos ir al cementerio ahora!" Alzó la voz y con una mirada vidriosa dijo: "No discutan conmigo por favor, no discutan con el hombre que acaba de perder a la que fue su esposa por 55 años".
Se produjo un momento de respetuoso silencio.
No discutimos más.
Fuimos al cementerio, pedimos permiso al velador, con una linterna llegamos a la lapida.
Mi padre la acarició, oró y nos dijo a sus hijos que veíamos la escena conmovidos:
"Fueron 55 buenos años... ¿Saben? Nadie puede hablar del amor verdadero si no tiene idea de lo que es compartir la vida con una mujer así"'.
Hizo una pausa y se limpio la cara.
"Ella y yo estuvimos juntos en aquella crisis, cambio de empleo" continuo:
"Hicimos el equipaje cuando vendimos la casa y nos mudamos de ciudad. Compartimos la alegría de ver a nuestros hijos terminar sus carreras, lloramos uno al lado del otro la partida de seres queridos, rezamos juntos en la sala de espera de algunos hospitales, nos apoyamos en e1 dolor, nos abrazamos en cada Navidad, y perdonamos nuestros errores...
Hijos, ahora se ha ido y estoy contento, ¿Saben porque? porque se fue antes que yo, no tuvo que vivir la agonía y el dolor de enterrarme, de quedarse sola después de mi partida. Seré yo quien pase por eso y le doy gracias a Dios. La amo tanto que no me hubiera gustado que sufriera..."
Cuando mi padre terminó de hablar, mis hermanos y yo teníamos el rostro empapado de lágrimas. Lo abrazamos y el nos consoló: "Todo está bien hijos, podemos irnos a casa; ha sido un buen día". Esa noche entendí lo que es el verdadero amor.
Dista mucho del romanticismo, no tiene que ver demasiado con el erotismo, más bien se vincula al trabajo y al cuidado que se profesan dos personas realmente comprometidas.
Cuando el maestro terminó de hablar, los jóvenes universitarios no pudieron debatirle. Ese tipo de amor era algo que no conocían.

  1. ¿Qué aconteció para que el profesor contara la historia de sus Padres? ¿Cuál fue su historia?
  2. ¿Para el profesor que era el verdadero amor? ¿Crees que existe en este tiempo, por qué?
  3. ¿Qué es para ti el amor verdadero?
  4. En este mundo donde los jóvenes se mueven en las redes sociales ¿Qué propondrías para evitar los amores por medio de estas ellas? ¿Qué se necesita para tener un amor verdadero?

EL GENIO


En la India, había una familia muy pobre que carecía de todo y pasaban muchas necesidades, mientras que a su vecino no le faltaba de nada y vivía en una casa magnífica rodeada de un esplendoroso jardín. La mujer del hombre pobre era bastante envidiosa y se preguntaba de dónde habría sacado los bienes su vecino, así que decidió espiarle y un día vio que el vecino daba tres palmadas y al instante aparecía un genio que llevaba una enorme espada en la cintura; el vecino le dio todo tipo de órdenes sobre el mantenimiento, limpieza y abastecimiento de la casa y el genio las cumplió de inmediato. La mujer volvió corriendo donde estaba su marido y le contó lo que había visto. "Tienes que pedirle que nos preste el genio, así tendremos de todo como él y dejaremos de pasar penalidades", le dijo entusiasmada.
El marido era un poco reacio, pero ante la constante insistencia de la mujer accedió a ir a hablar con el vecino. Llamó a la puerta y su vecino le abrió: "Hola, vecino, vengo a pedirte un grandísimo favor. Mi mujer ha visto que tienes un genio que te ayuda a realizar todas las tareas de la casa y que te consigue todo lo que le pides, nosotros no tenemos nada y pasamos muchas penurias, me gustaría que me prestaras una temporada al genio para así poder dejar de ser tan pobres y conseguir tener algunos bienes" le dijo con gran vergüenza.
El vecino le miró compasivo y contestó: "De acuerdo, te prestaré a mi genio, pero te advierto que no es tan fácil como parece. Cuando se invoca a este genio hay que estarle mandando hacer cosas constantemente, porque si no se hace así, se enfadará y con la gran espada que lleva a la cintura te cortará la cabeza; te lo advierto de nuevo, no es tan fácil como parece estarle mandando cosas constantemente, así que ten mucho cuidado. Mira yo me marcho de viaje y tardaré un par de días en volver, te lo dejo ese tiempo. Lo único que tienes que hacer para invocar al genio es dar tres palmadas y él aparecerá ante tí".
El marido volvió corriendo con gran alegría hasta donde estaba su esposa: "Mira, me ha dejado la jarra que contiene el genio y está a nuestra disposición mientras nuestro vecino esté de viaje. ¡Lo he conseguido! Dejaremos de ser pobres, tendremos de todo y nada faltará a nuestros hijos. ¡Qué alegría!".
La mujer estaba muy impaciente por empezar a pedir cosas y le dijo que invocara al genio de inmediato. El marido dio tres palmadas y al instante el genio apareció ante ellos entre una nube de humo, era impresionante por su gran tamaño, sus lujosas ropas y por la enorme espada que portaba a la cintura: "Hola mi amo, dime qué deseas" dijo el genio. Tanto el esposo como la mujer se pusieron muy contentos de tener a su disposición al genio y comenzaron a pedir de inmediato: "Quiero que nos construyas una mansión espléndida", dijo la mujer.
El genio chasqueó los dedos y al instante apareció ante ellos una mansión magnífica, muy grande y vistosa. Los esposos se quedaron maravillados ante la belleza y esplendor de la mansión y comenzaron a dar saltos de alegría. "Ahora llena la mansión de estupendos muebles", continuó el marido. El genio volvió a chasquear los dedos y la mansión se llenó de unos muebles muy lujosos. "Ahora queremos buenos ropajes para nosotros y para nuestros hijos", este deseo también se vio satisfecho al instante y así sucesivamente con todo lo que iban pidiendo, todos sus deseos eran cumplidos de inmediato.
Cuando el matrimonio y sus hijos estuvieron vestidos con muy buenas ropas e instalados en la mansión se les ocurrió pedir los más ricos manjares que se pudieran concebir para así poder comer hasta saciarse, cosa que nunca habían hecho.
"Bueno, genio, ahora déjanos un rato mientras comemos esta espléndida comida que nos has traído", dijo el marido; pero el genio se le quedó mirando fijamente y le dijo: "Mi amo, ¿qué más deseas ahora?". Al ver que no le decían nada, ya que estaban comiendo con avidez, el genio puso cara de enfado y comenzó a desenvainar muy lentamente su espada. El marido se puso pálido y comenzó a balbucear: "Espera, espera, ahora quiero que me hagas un magnífico jardín"; el genio chasqueó los dedos y el jardín estuvo construido al instante. Así que apenas pudieron disfrutar de la estupenda comida ya que
tenían que seguir ordenado cosas al genio. Le hicieron construir un estanque y un riachuelo en el jardín, luego un puentecito sobre el riachuelo, pronto se les acabaron las ideas sobre qué pedir al genio, así que este volvió a enfadarse y comenzó a desenvainar la espada. Entonces le mandaron que deshiciera algunas de las cosas que había construido y luego que las volviera a construir porque ya no sabían que más mandarle. "Quita el puente del riachuelo, deshaz el estanque, vuelve a hacerme otro estanque mejor, cambia los muebles de la casa...", le mandaban ya casi con angustia por que todas las órdenes eran cumplidas al instante y no podían parar ni un momento ya que el genio se enfadaba y les amenazaba con su espada.
Al llegar la noche apenas pudieron dormir ya que tenían que turnarse para dar órdenes al genio y así siguieron de muy mala manera ya que el genio en seguida estaba presto a sacar la espada y cortarles la cabeza en cuanto dejaban de mandarle cosas constantemente.
Al segundo día ya no podían más y el marido acudió muy temprano a la casa del vecino para ver si había regresado. Llamó a la puerta y el vecino le abrió. "Tienes que ayudarle", le dijo angustiado, "no puedo más, el genio no me deja vivir, ni disfrutar de todo lo que me ha dado; ya no sé que más mandarle y en cualquier momento va a acabar cortándome la cabeza, estoy desesperado, no sé que voy a hacer".
El vecino le miró con comprensión y le dijo: "Te lo advertí, no es fácil estar dándole ordenes siempre; pero no te preocupes yo sé como dominar al genio".
Juntos acudieron a la casa del matrimonio y el vecino ordenó al genio: "Genio, construye un pozo en el jardín que llegue hasta el centro de la tierra"; el genio chasqueó los dedos y al instante el pozo estuvo construido. "Bien, ahora coloca un poste en el centro del pozo que también llegue hasta el centro de la tierra" y el genio lo hizo. "Muy bien, ahora quiero que subas y bajes por el poste hasta que yo te diga"; con lo que el genio se puso a subir y bajar por el poste. El vecino se volvió hacia el hombre y le dijo "Ves, no era tan difícil dominar al genio, pero hay que saber cómo hacerlo y qué ordenarle". Éste suspiró aliviado ya que algo que en un principio había creído ser una cosa estupenda se había transformado en una angustia ya que varias veces había estado a punto de perder la cabeza. Al cabo de bastante tiempo el genio llamó a su amo para decirle que estaba cansado de subir y bajar por el poste, y que si le dejaba volver a su jarra, él solo haría lo que le mandaran sin agobiar a su dueño y sin utilizar más la espada.
  1. ¿Por qué no nos podemos conformar con lo que tenemos y deseamos lo que los demás tienen o más?
  2. ¿Hoy en la actualidad para ti quien sería el genio, como se conseguiría?
  3. ¿crees que lo material es necesario e indispensable para llevar una buena vida? ¿si, no, porque?
  4. ¿Cuál es el mensaje que el autor de la lectura nos quiere dar?

LEYENDA NORUEGA

El viejo Haakón cuidaba una cierta ermita. En ella se conservaba un Cristo muy venerado que recibía el significativo nombre de «Cristo de los Favores». Todos acudían a él para pedirle ayuda. Un día, también el ermitaño Haakón decidió solicitar un favor y, arrodillado ante la imagen, dijo:
- Señor, quiero padecer por ti. Déjame ocupar tu puesto. Quiero reemplazarte en la cruz.
Y se quedó quieto, con los ojos puestos en la imagen, esperando una respuesta. De repente -oh, maravilla - vio cómo el Crucificado comenzaba a mover los labios y le decía:
- Amigo mío, accedo a tu deseo; pero ha de ser con una condición: que, suceda lo que suceda y veas lo que veas, has de guardar siempre silencio.
- Te lo prometo, Señor.
Y se efectuó el cambio. Nadie se dio cuenta de que era Haakón quien estaba en la cruz, sostenido por los cuatro clavos, y que el Señor ocupaba el puesto del ermitaño. Los devotos seguían desfilando pidiendo favores, y Haakón, fiel a su promesa, callaba. Hasta que un día...
Llegó un ricachón, el cual, después de haber orado, dejó allí olvidada su bolsa. Haakón lo vio, pero guardó silencio. Tampoco dijo nada cuando un pobre, que vino dos horas más tarde, se apropió de la bolsa del rico. Y tampoco dijo nada cuando un muchacho se postró ante él poco después para pedir su protección antes de emprender un viaje. Pero no pudo contenerse cuando vio regresar al hombre rico, el cual, creyendo que era aquel muchacho el que se había apoderado de la bolsa, insistía en denunciarlo. Se oyó entonces una voz fuerte:
- Detente.
Ambos miraron hacia arriba y vieron que era la imagen la que había gritado. Haakón aclaró cómo habían ocurrido realmente las cosas. El rico quedó anonadado y salió de la ermita. El joven salió también, porque tenía prisa por emprender su viaje. Cuando, por fin, la ermita quedó sola, Cristo se dirigió a Haakón y le dijo:
- Baja de la cruz. No vales para ocupar mi puesto. No has sabido guardar silencio.
- Señor dijo Haakón confundido -, ¿cómo iba a permitir esa injusticia?
- Tú no sabías que al rico le convenía perder la bolsa -le contestó Cristo -, pues llevaba en ella el precio de la virginidad de una mujer. El pobre, en cambio, tenía necesidad de ese dinero e hizo bien en llevárselo. En cuanto al muchacho último, si hubiera quedado retenido en la ermita, no habría llegado a tiempo de embarcar y habría salvado la vida, porque has de saber que en estos momentos su barco está hundiéndose en alta mar.

  1. ¿Quién es el personaje, que oficio tenía y que pidió?
  2. ¿Quiénes se acercaron al Cristo sin darse cuenta del cambio y que sucede con cada uno de ellos?
  3. ¿Qué le pide Cristo al hombre a cambio de ocupar su lugar? ¿por qué  no lo cumplió?
  4. Crees que es importante aprender a guardar silencio? ¿Te es fácil guardar silencio y callar un secreto?¿Por qué? 

Papi... ¿Cuánto me amas?


El día que mi hija nació, en verdad no sentí gran alegría. Porque la decepción que sentía parecía, ser más grande que el gran acontecimiento que representa tener una hija. ¡Yo quería un varón!
A los dos días de haber nacido, fui a buscar a mis dos mujeres, una lucía pálida y agotada y la otra radiante y dormilona.
En pocos meses me dejé cautivar por la sonrisita de mi Carmencita y por la infinita inocencia de su mirada fija y penetrante, fue entonces cuando empecé a amarla con locura.
Su carita, su sonrisita y su mirada no se apartaban ni por un instante de mis pensamientos, todo se lo quería comprar, la miraba en cada niño o niña, hacía planes sobre planes, todo sería para mi Carmencita.
Este relato era contado a menudo por Rodolfo, el padre de Carmencita y Yo también sentía gran afecto por la niña que era la razón más grande para vivir de Rodolfo según decía el mismo.
Una tarde estaba mi familia y la de Rodolfo, haciendo un picnic a la orilla de un río cerca de casa y la niña entabló una conversación con su papá, todos escuchábamos: Papi,... cuándo cumpla quince años, ¿cuál será mi regalo? Pero mi amor, si apenas tienes diez añitos, ¿No te parece que falta mucho para esa fecha?
Bueno papito,... tú siempre dices que el tiempo pasa volando, aunque yo nunca lo he visto por aquí. La conversación se extendía y todos participamos de ella. Al caer el sol regresamos a nuestras casas.
Una mañana me encontré con Rodolfo enfrente del colegio donde estudiaba Carmencita quien ya tenía catorce años. Rodolfo se veía muy contento y la sonrisa no se apartaba de su rostro.
Con gran orgullo me mostraba las calificaciones de Carmencita, eran notas impresionantes, ninguna bajaba de diez puntos y los estímulos que les habían escrito sus profesores eran realmente conmovedores. Felicité al dichoso papá.
Carmencita ocupaba toda la alegría de la casa, en la mente y en el corazón de la familia, especialmente en el de su papá.
Fue un Domingo muy temprano cuando nos dirigíamos a misa, cuando Carmencita tropezó con algo, eso creíamos todos y dio un traspié, su papá la agarró de inmediato para que no cayera...Ya instalados en la iglesia, vimos como Carmencita fue cayendo lentamente sobre el banco y casi perdió el conocimiento. La tomamos en brazos, mientras su papá buscaba un taxi hacia el hospital.
Allí permaneció por diez días y fue entonces cuando le informaron que su hija padecía una grave enfermedad que afectaba seriamente su corazón, pero no era algo definitivo, qué debía practicarle otras pruebas para llegar a un diagnóstico firme.
Los días iban pasando, Rodolfo renunció a su trabajo para dedicarse al cuidado de Carmencita, su madre quería hacerlo pero decidieron que ella trabajaría, pues sus ingresos eran superiores a los de él. Una mañana Rodolfo se encontraba al lado de su hija, cuando ella le preguntó:
¿Voy a morir, no es cierto? ¿Te lo dijeron los doctores?
No mi amor...no vas a morir, Dios que es tan grande, no permitiría que pierda lo que más he amado sobre este mundo respondió el padre.
-¿Van a algún lugar? ¿Pueden ver desde lo alto a su familia? ¿Sabes si pueden volver? preguntaba su Hija.
Bueno hija,... en verdad nadie ha regresado de allá a contar algo sobre eso, pero si yo muriera, no te dejaría sola, estando en el mas allá buscaría la manera de comunicarme contigo, en última instancia utilizaría el viento para venir a verte.
¿Al viento? ¿Y cómo lo harías? No tengo la menor idea hijita, solo sé que si algún día muero, sentirás que estoy contigo, cuando un suave viento roce tu cara y una brisa fresca bese tus mejillas.
Ese mismo día por la tarde, llamaron a Rodolfo, el asunto era grave, su hija estaba muriendo. Necesitaban un corazón, pues el de ella no resistiría sino unos quince o veinte días más. ¡UN CORAZÓN! ¿Dónde hallar un corazón? ¡Un corazón! -¿Dónde Dios mío?
Ese mismo mes, Carmencita cumpliría sus quince años. Y fue el viernes por la tarde cuando consiguieron un donante, una esperanza iluminó los ojos de todos, las cosas iban a cambiar.
El domingo por la tarde ya Carmencita estaba operada, todo salió como los médicos lo habían planeado. ¡Éxito total!
Sin embargo, Rodolfo todavía no había vuelto por el hospital y Carmencita lo extrañaba muchísimo, su mamá le decía que ya todo estaba muy bien y que su papito sería el que trabajaría para sostener la familia.
Carmencita permaneció en el hospital por quince días más, los médicos no habían querido dejarla ir hasta que su corazón estuviera firme y fuerte y así lo hicieron. Al llegar a casa todos se sentaron en un enorme sofá y su mamá con los ojos llenos de lágrimas le entregó una carta de su padre.
Carmencita, hijita de mi corazón: Al momento de leer mi carta, ya debes tener quince años y un corazón fuerte latiendo en tu pecho, esa fue la promesa que me hicieron los médicos que te operaron. No puedes imaginarte ni remotamente cuanto lamento no estar a tu lado en este instante.
Cuando supe que ibas a morir, decidí dar respuesta a una pregunta que me hiciste cuando tenías diez añitos y a la cual no respondí.
Decidí hacerte el regalo más hermoso que nadie jamás haría por mi hija... Te regalo mi vida entera sin condición alguna, para que hagas con ella lo que quieras.
¡¡Vive hija!! ¡¡Te amo con todo mi corazón!!
“Carmencita lloró todo el día y toda la noche; Al día siguiente fue al cementerio y se sentó sobre la tumba de su papá; lloró como nadie lo ha hecho y susurró:
“Papi,... ahora puedo comprender cuanto me amabas yo también te amaba y aunque nunca te lo dije, ahora comprendo la importancia de decir "Te Amo" y te pediría perdón por haber guardado silencio tantas veces".
En ese instante las copas de los árboles se mecieron suavemente, cayeron algunas hojas y florecillas, y una suave brisa rozó las mejillas de Carmencita, alzó la mirada al cielo, intentó secar las lagrimas de su rostro, se levantó y emprendió regreso a su hogar.
Si este mensaje tocó tu corazón, Por favor nunca dejes de decir "TE AMO" No sabes si será esta la última vez...
1.        Cual es el mensaje de la lectura
2.        Al celebrarse el día del padre, ¿crees que los padres dan todo por ustedes los hijo, como y porque
3.        Si tu fueras la protagonista de la historia que  le dirías a tu padre?

4.        Para ti es fácil decir TE AMO a menudo, a tu familia, hermanos, amigos, etc