jueves, 6 de noviembre de 2014

LA RANA DE POZO


En un pozo profundo vivía una colonia de ranas. Llevaban su vida, tenían sus costumbres, encontraban su alimento y croaban a gusto haciendo resonar las paredes del pozo en toda su profundidad. Protegidas por su mismo aislamiento, vivían en paz, y sólo tenían que guardarse del pozal que, de vez en cuando, alguien echaba desde arriba para sacar agua del pozo. Daban la alarma en cuanto oían el ruido de la polea, se sumergían bajo el agua o se apretaban contra la pared, y allí esperaban, conteniendo la respiración, hasta que el pozal lleno de agua era izado otra vez y pasaba el peligro.
Fue una rana joven a quien se le ocurrió pensar que el pozal podía ser una oportunidad en vez de un peligro. Allá arriba se veía algo asÌ como una claraboya abierta, que cambiaba de aspecto según fuera de día o de noche, y en la que aparecían sombras y luces y formas y colores que hacían presentir que allí había algo nuevo digno de conocerse.
Y sobre todo, estaba el rostro con trenzas de aquella figura bella y fugaz que aparecía por un momento sobre el brocal del pozo al arrojar el cubo y recobrarlo, todos los días en su cita sagrada y temida.
La rana joven habló, y todas las demás se le echaron encima:
Eso nunca se ha hecho. Sería la destrucción de nuestra raza.  El cielo nos castigará, te perderás para siempre. Nosotras hemos sido hechas para estar aquí, y aquí es donde nos va bien y podemos ser felices. Fuera del pozo no hay nadie que se atreva a violar las sabias leyes de nuestros antepasados.
¿Es que una rana jovenzuela de hoy puede saber más que ellos?"
La rana jovenzuela esperó pacientemente la próxima bajada del pozal. Se colocó estratégicamente, dio un salto en el momento en que el pozal comenzaba a ser izado y subió en él ante el asombro y el horror de la comunidad batracia. El consejo de ancianos excomulgó a la rana prófuga y prohibió que se hablara de ella. Había que salvaguardar la seguridad del pozo.
Pasaron los meses sin que nadie hablara de ella y nadie se olvidara de ella. Un buen día se oyó un croar familiar sobre el brocal del pozo, se agruparon abajo las curiosas y vieron recortada contra el cielo la silueta conocida de la rana aventurera. A su lado apareció la silueta de otra rana, y a su alrededor se agruparon siete pequeños renacuajos.
Todas miraban sin atreverse a decir nada, cuando la rana habló: "Aquí se está maravillosamente; hay agua que se mueve, no como allá abajo, hay unas fibras verdes y suaves que salen del suelo y entre las que da gusto moverse, hay muchos bichos pequeños muy sabrosos y variados, cada día se puede comer algo diferente. Hay muchas ranas de muchos tipos distintos, y son muy buenas. Yo me he casado con ésta que está aquí a mi lado y tenemos siete hijos y somos muy felices, Aquí hay sitio para todas, porque esto es muy grande y nunca se acaba de ver lo que hay allá lejos."
De abajo, las fuerzas del orden advirtieron a la rana que, si bajaba, sería ejecutada por alta traición; ella dijo que no pensaba bajar y que les deseaba a todas que lo pasaran bien, y se marchó con su compañera y los siete renacuajitos. Abajo en el pozo hubo mucho revuelo. Algunas ranas quisieron comentar la propuesta, pero las autoridades las callaron enseguida y la vida volvió a la normalidad de siempre en el fondo del pozo. Al día siguiente, por la mañana, la niña de las trenzas rubias se quedó asombrada cuando, al sacar el cubo con agua del pozo, vio que estaba lleno 
de ranas.

1.              ¿Qué motivo a la rana joven a enfrentar a las demás ranas?
2.              ¿Cuál crees que fue el objetivo de la rana joven al salir del pozo donde estaba? ¿Lo consiguió?
3.              ¿Cómo aplicarías en tu vida el ejemplo de la rana?

4.              El mensaje que hoy nos da la lectura cual es y como se lo transmitirías a tus amigos

No hay comentarios:

Publicar un comentario